Está más que claro que el ambiente del hogar puede llegar a influir, en gran cantidad, a las actitudes internas del felino, a tal punto de otorgarle un significativo estrés. Este tiende a originar comportamientos erráticos y con condiciones de inseguridad.

De no darle un tratamiento con un veterinario, puede decantarse en irremediables problemas de salud.

Por ende, al momento en que notes cierta alteración en lo que respecta a sus comportamientos, tendrás que consultar a profesionales para que puedan evitar malestares en tu mascota. De todos modos, hay resoluciones prácticas para este tipo de conflictos, los cuales se dilucidan fielmente en negocios que operen para gatos.

Típicas señales que se denotan de estrés

A simple vista, se pueden encontrar algunos cambios en el comportamiento o diferidas costumbres personales, lo cual enmarca al estrés en un animal. Ello afirma que no se siente para nada seguro en el ambiente.

Del mismo método, pasará a manifestarse con:

  •          Constantes maullidos quejosos, en consideración de molestia frecuente.
  •          Acicalamiento con demasiada excesividad.
  •          Dejar de utilizar la caja, para pasar a dejar sus ‘asuntos’ por cualquier rincón del hogar.
  •          Caída de pelo repentina y en groseras cantidades.
  •          Orina en lo más mínima y con gestos de incomodidad.
  •          Presencia de diarrea o, por el contrario, con bastante dureza.
  •          Inquietud con corridas a todos lados sin pausa alguna, muy común en felinos de menor edad.
  •          Cambios en el carácter, demostrando cierta irritabilidad, junto a comportamientos con alta agresividad hacia humanos y demás animales.

Causantes del estrés

Para lograr hacerle frente a esas actitudes en el gato, previniéndolas, se debe estar muy atento a dichas modificaciones del comportamiento. Eso sí, se sustituirán los olores que provocan las feromonas que marcan su ambiente. Ello le denota cierta autoridad de seguridad.

Si bien, nosotros no podemos llegar a oler ese aroma de sus feromonas, debes ser consciente de que se encuentran dispersas por toda la vivienda. Desde los muebles, hasta incluso en los mismos habitantes de la casa.

Por lo tanto, también tienes que comprender que, al momento en que se frota sobre ti, es una marca de sus feromonas. Ante la falta de olor, quizás no sepas darte cuenta. Sin embargo, te abriremos los ojos con ciertas actitudes como:

  •          Sustituciones en la vivienda, como mover muebles o pintar las paredes.
  •          Hacer mudanzas en el hogar, lo cual genera una gran desestabilización en el felino.
  •          La llegada de otro gato, o de algún vecino que enmarca su ‘aire’.
  •          Visitas con las que el felino no tiene mucha costumbre.
  •          Ruidos reiterados y de gran escala.

Son muchas las maneras con las que se puede solucionar esto, pero lo más importante es que sea usted, el dueño, quién lo acompañe en dicha superación. Ya que, la tranquilidad será para ambas partes.

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