
La Leishmaniosis canina es una enfermedad grave que puede llegar a ser mortal para nuestro perro, el mejor remedio contra ella es la prevención.
Esta enfermedad es muy común en España. La leishmaniosis es una enfermedad parasitaria, producida por un parásito llamado Leishmania (protozoo microscópico)
Síntomas de la Leishmaniosis
Esta enfermedad tiene unos síntomas determinados que nos puede ayudar a saber si nuestra mascota puede tener Leishmaniosis. Uno de los primeros síntomas es la pérdida de pelo, mayormente en la zona alrededor de los ojos, las orejas y la nariz. Según avance la enfermedad, el perro también pierde peso sin llegar a perder el apetito. Las heridas en su piel se hacen habituales y frecuentes, sobretodo en cabeza y patas, y en las zonas donde el perro está más en contacto con el suelo al tumbarse. Si el cuadro se convierte en crónico, pueden observarse síntomas de insuficiencia renal.
Hay zonas donde la Leishmaniosis es más probable en España; las comunidades más afectadas son: Aragón, Cataluña, Madrid, Baleares, Levante, Murcia, Andalucía, Castilla-La Mancha, Extremadura, Castilla y León. En Europa países como Portugal, Francia, Italia, Malta, Turquía, Grecia y países mediterráneos. Aunque esta enfermedad se puede dar también en otros lugares, pero con menor intensidad.
La Leishmaniosis es una enfermedad que se transmite a través de la picadura de un mosquito que se llama Flebotomo, por lo que en zonas donde hay mosquitos hay más riesgo de contagio.
Las estaciones cálidas son las más propensas para el contagio, suele empezar en Mayo y dura hasta finales de Septiembre o principios de Octubre. En invierno no existe mucho peligro de contagio ya que los mosquitos permanecen en estado de larvas y son inofensivos, aunque hay zonas donde los mosquitos prevalecen todo el año, por lo no debemos bajar la guardia ante la prevención.
La mayoría de los perros afectados por Leihsmania fallecen si no reciben tratamiento. Si nuestro perro no está protegido contra esta enfermedad el riesgo de contraerla puede variar entre un 3 % y un 18 % según la zona donde vivamos. Las zonas más rurales son de mayor riesgo de contagio que las urbanas, y la franja horaria más propicia para la picadura es al anochecer.
La Leishmaniosis presenta varios tipos dentro de la enfermedad:
- Leihsmania major
- Leihsmania trópica
- Leihsmania infantum
Si pensamos que nuestro perro puede tener esta enfermedad, debemos acudir lo antes posible a nuestro veterinario, quien le realizará las pruebas necesarias para determinar si está infectado por esta enfermedad, y dependiendo de su estado tomará muestras de su médula ósea o de su tejido ganglio linfático inflamado para examinarlo y detectar los parásitos.
El periodo de incubación de esta enfermedad puede variar entre los 3 y los 18 meses, aunque también podría permanecer en letargo varios años, pero no es lo común.
Hay algunos perros inmunes a dicha enfermedad aunque reciban la picadura del flebótomo y no mostrarán síntomas siempre y cuando estén saludables y bien alimentados.
Un perro que se encuentre afectado por dicha enfermedad, requerirá tratamiento toda su vida.
En zonas endémicas de la Leishmaniosis, los perros son controlados de forma rutinaria anualmente mediante unas pruebas rápidas usando la sangre para detectar de forma temprana la enfermedad, ya que los tratamientos tienen un mayor porcentaje de éxito si se trata la enfermedad en sus primeras fases. Aunque esta enfermedad tiene tratamiento, no es posible curarla. Su tratamiento suprime los síntomas pero es posible que no impida una recaída.
Los fármacos usados para paliar esta enfermedad son compuestos antimoniales y se aplican mediante inyección. Estos tratamientos pueden durar varias semanas, aunque también se pueden recetar medicamentos orales. Este tipo de tratamientos son costosos. La calidad de vida del perro afectado por la enfermedad influirá en gran manera en una posible recaída. Es importante también protegerlo contra posibles reinfecciones por otros flebótomos y tenerlo bajo control veterinario siempre.
La mejor protección para la Leishmaniosis es la prevención.
Hoy en día existen en el mercado diferentes formas de luchar contra la picadura del mosquito: collares como el de Scalibor o el Taberdog, pipetas para perros, ahuyentadores de insectos, sprays repelentes para perros, etc. Actualmente también es posible la vacunación contra esta enfermedad, aunque es muy costosa.